Módulo 14 - Lenguaje: Expresiones de lo que somos, sentimos, hacemos y pensamos

Actividades para el nivel infante

Educadoras:

María de los Ángeles Agrinsoni Malavé
Sugeily Ortiz Rivera
Wanda Figueroa Fuentes


I. Nana, nanita, nana

ALCANZA

  • Crear nanas, o canciones de cuna.
  • Exponer a los infantes al proceso de escuchar la voz del adulto.
  • Ayudar al bebé a explorar el sentido de tranquilidad mediante el ritmo dulce y afectuoso.
  • Apoyar a las familias en la unidad, intimidad y vínculo con el bebé.
  • Apoyar el desarrollo emocional del bebé con su familia.

Descripción de la actividad

  1. Vas a crear una nana con aroma de tranquilidad para tu bebé. Anota detalles positivos de él. Piensa en aquello hermoso que lo describe y lo relaja.
  2. Comienza a tararear el nombre del bebé. Empieza a conectar la musicalidad de su nombre con otras palabras. Piensa en aquello que lo rodea y que represente una muestra de cariño. De manera breve, ve conectando las ideas con el arrullo y el tarareo. Utiliza el momento cuando tienes el bebé en tu regazo para inspirarte.
  3. Si eres educadora, realiza un proyecto especial para que los padres escriban una nana para su bebé o que motiven a alguien de la familia para que lo haga. Si eres padre, madre o tutor, conviértelo en una actividad de familia en el hogar.
    • Explícales la importancia del arrullo y la melodía para la tranquilidad del bebé. Invítalos al salón para que le canten su nana.
    • Puedes pedirles que, antes de dejarte el bebé, tengan ese momento íntimo y se la canten. Invítalos a grabarse para que, en momentos del día, uses la grabación.
    • Puedes pedirles que escriban la nana en una hoja de papel y dediquen la nana a su bebé. Pégala en un lugar especial del salón. Ahí también puedes colocar las tuyas. Ningún bebé debe quedarse sin nana. Puedes irlas recopilando y hacer el libro de nanas de ese año. Si realizan la actividad en el hogar pueden colocar todas las nanas en una pared. Luego, tomen una foto y compártanla con la maestra. También pueden grabar a los familiares.
  4. Te ofrezco, como ejemplo, una nana que escribí para mi hermana. Puedes utilizar este esquema para comenzar a escribir la tuya.

Mamá sostiene a bebé en brazos

Nana a mi hermana Rosita
María de los A. Agrinsoni, 2017
(Rosita, por cuanto te he amado desde siempre)

Rosita hermosa,
Rosita linda,
Rosita sueña,
descansa niña.
Mientras te arrullo
piensa en dulzura,
piensa en amor,
piensa en cariño.
Rosita hermosa,
Rosita linda,
duerme serena,
duerme tranquila.

La relación emocional afectiva promueve el desarrollo y ayuda al alambraje neurológico. Crea un ambiente donde se sientan en tranquilidad, amados y fortalecidos.

La diada es ese momento de alta concentración entre el cuidador y el bebé que promueve: intimidad y cercanía concibiéndose una relación estrecha. A través de la interacción social se establecen vínculos que permiten al maestro o cuidador reconocer la intensidad de la relación. Es decir, los dos son uno emocionalmente. Esta relación permite que ambos se regulen con facilidad. El cuidador o el maestro conocen tan íntimamente al niño que sabrá cómo calmar su llanto. (Agrinsoni, 2016, p. 30)


II. ¿Quién está por ahí?

ALCANZA

  • Utilizar marionetas como instrumento para desarrollar el lenguaje.
  • Fomentar espacios y experiencias para la protoconversación.
  • Usar sonidos onomatopéyicos para jugar, conversar y promover el desarrollo del balbuceo.

Descripción de la actividad

  1. Coloca una marioneta de un animal dentro de una caja que puedas abrir fácilmente con el bebé. Practica el sonido onomatopéyico de la marioneta.
  2. Mira al bebé para llamar su atención. Comienza a hablarle sobre algo que va a ocurrir, creando expectativa. Háblale usando diversas inflexiones de voz.
  3. Haz el sonido onomatopéyico de la marioneta que tienes en la caja. Te diriges al bebé: ¡Escucha, muuuuuu, muuuuuu, muuuuuu! Preguntas: ¿Quién está por ahí? Nuevamente realiza el sonido de la marioneta.
  4. Muéstrale la caja cerrada (quizás ya la ha descubierto y la quiere abrir). Comienza a mover la caja para llamar su atención. Pregúntale: ¿Quién está por ahí? Dirígete al bebé: ¡Escucha, muuuuuu, muuuuuu, muuuuuu!
  5. Espera sus interacciones contigo; promuévelas. Escucha con atención si te responde o continúa involucrado. Invítalo a abrir la caja. Pregúntale: ¿Quién está por ahí? Al abrir la caja encuentran la marioneta: ¡Escucha, muuuuuu, muuuuuu, muuuuuu!
  6. Comienza a jugar con la marioneta y con el bebé. La marioneta pregunta: ¿Quién está por ahí? ¡Por aquí está___________! (dices el nombre del bebé). Recuerda mostrar alegría cuando le nombres.

Abuela lee un cuento a bebé

En esta actividad es importante que mantengas la línea de comunicación con el bebé. Busca promover y construir una “conversación” con el infante en la que cada uno tome turno para hablar. Tú le hablas y le escuchas. Le das importancia a sus gestos. El bebé te contestará a través de su balbuceo mixto o canónico. Es muy importante que le des el espacio a esos intercambios; verás que se vuelven cada vez más intencionales. Ambos se concentran mientras se miran y disfrutan de esta experiencia social, que promueve el desarrollo de respuestas orales. Tú y tu bebé están experimentando lo que se conoce como protoconversación.

Mientras pasa el tiempo, evoluciona la habilidad verbal, y con ello el uso de más y más palabras llenas de contenido y significado. Las respuestas se convierten en expresiones verbales y no verbales más complejas.

Sabemos que son tres las áreas motrices y del lenguaje del hemisferio izquierdo que participan del proceso lector: El área de Brocca para la articulación de las palabras, la zona parieto temporal procesa los aspectos fonológicos de las mismas, y en un segundo momento a medida que se forman imágenes visuales de las palabras entra en juego la zona occípito temporal izquierda, lo que Dehaene (2014) denomina “la caja de las letras” (Marder & Borzone, 2016, pp.152).

En la medida en que te comunicas con el bebé, míralo a los ojos y háblale, descríbele las cosas que estás haciendo. Crea situaciones de juego con las que, juntos, puedan descubrir, asombrase y reírse a carcajadas. Paralelamente, abrázalo y dile que lo amas.


III. Sigue este ritmo

ALCANZA

  • Estimular el sentido auditivo y visual del bebé.
  • Disfrutar con el bebé estímulos auditivos.
  • Llamarlo por su nombre.

Descripción de la actividad

  1. Toma una maraca o un instrumento cuyo sonido no sea muy agudo. Comienza a moverlo suavemente de izquierda a derecha para que el bebé busque el sonido. Recuerda mantenerlo despegado entre 10 a 12 pulgadas de la vista y el oído del infante.
  2. Con el ritmo de la maraca, comienza a decir el nombre del infante. Crea diversos ritmos con la maraca, así como también con el nombre del bebé. En este último caso, puedes hacerlo por división silábica.
  3. Si el infante ya gatea, se pone de pie o da pasitos, realiza el ejercicio estimulándolo a buscar la maraca cuando lo llames por su nombre. Estimúlalo a bailar mientras dices su nombre con diversos ritmos.

Hermana y hermano juegan en el pation

“Los primeros años de la infancia son importantes precisamente porque cerca del 80% de la capacidad cerebral se desarrolla antes de los 3 años (…) es el tiempo propicio para adaptar la educación centrada en el desarrollo a las necesidades del niño o niña”. (UNICEF, 2013, p. 29)

Los bebes necesitan que estimulemos su sentido auditivo. Mientras crecen asocian los sonidos el ambiente con lo que sienten. Ayudémosles a descifrar los sonidos, su procedencia y qué mensajes nos dan. Así se sentirán más seguros y relacionados con su ambiente.


IV. Lee que te lee

ALCANZA

  • Disfrutar con la lectura.
  • Relacionarse con sonidos onomatopéyicos y diversas inflexiones de voz.
  • Relacionarse con el proceso de leer.

Descripción de la actividad

  1. Escoge un libro que tenga una frase u oración que se repita, y crea ritmo al leer. Lee con entusiasmo.
  2. Observa y disfruta las reacciones del bebé. Aprecia y disfruta su lenguaje oral, así como las interrupciones que haga a la narración. Favorece estas últimas; es decir, si el infante balbucea mientras lees, detente, escúchalo y háblale. Si se queda fijo en la ilustración dale tiempo para observarla y disfrutarla.
  3. Si están observando una oveja, puedes hacer su sonido onomatopéyico; por ejemplo: “La oveja hace beeeee”. Haz esto, aunque no lo diga el texto.
  4. Observa bien el texto y utiliza tu voz adecuadamente para representar admiración o pregunta. Pasa el dedo para señalar el texto.
  5. Estimula al infante a conocer y definir palabras que nunca había escuchado.
  6. Invítalo a familiarizarse con las letras.
  7. Esfuérzate en relacionar los dibujos con el texto.
  8. Jueguen con las palabras en el texto; por ejemplo, con su diminutivo y aumentativo, singular y plural.

Estos son momentos para establecer conversaciones por medio de los libros, ampliar vocabulario, hacer preguntas y delinear proyectos creativos que partan de lo que les gusta a los niños, sus necesidades y el deseo de que tengan un ambiente colmado de experiencias de alta calidad.

Infante examina un libro

Schore (2014) expone que el cerebro se organiza, se desorganiza y se reorganiza. La desorganización hace que mueran neuronas y se desconecten sinapsis. Es una situación de ganar o perder células que están alambradas. Es aquí donde la parte social emocional y el ambiente enriquecido se vuelven más importantes.

La afectividad se desarrolla antes que el control motor, cada etapa de crecimiento cognitivo va precedida de una etapa emocional en la esfera afectiva, previa a las interacciones con el mundo físico. Este sistema emocional es la primera forma que tiene el bebé de conocer el mundo y marca el comienzo de una serie de hitos cognitivos (Brazelton & Greenspan, 2013, p. 35).


V. Mi mono se me perdió

ALCANZA

  • Disfrutar una historia oral.
  • Jugar con el bebé.
  • Recordar eventos.
  • Recordar un texto de manera predecible.

Descripción de la actividad

  1. Busca un mono o cualquier animal de juguete que tengas disponible (u otro juguete favorito si no tienes de animales) y escóndelo en algún área del ambiente.
  2. Comienza a decir:
    Yo tengo un mono (o el nombre del juguete que hayas escondido).
    Mi mono se me perdió.
    Por favor, ayúdame a buscarlo.
  3. Van a buscar el jugute escondido. Van a un lugar y no lo encuentran. Dices:
    Lo buscamos en ________ (di el nombre del lugar).
    No lo encontramos.
    Ven, sigamos buscando.
  4. Comienzas a decir nuevamente:
    Yo tengo un mono (o el juguete que hayas escondido).
    Mi mono se me perdió.
    Por favor, ayúdame a buscarlo.
    Lo buscamos en _________ (di el nombre de un nuevo lugar).
    No lo encontramos.
    Ven, sigamos buscando.
  5. Utiliza tres lugares diferentes para buscar el juguete, y jueguen hasta que lo encuentren. Puedes jugarlo una y otra vez. Recuerden dónde estuvieron buscándolo. Identifiquen el orden de sucesos de la búsqueda del juguete.

Infante observa planta en el patio

Schore (2014) expone que el cerebro se organiza, se desorganiza y se reorganiza. La desorganización hace que mueran neuronas y se desconecten sinapsis. Es una situación de ganar o perder células que están alambradas. Es aquí donde la parte social emocional y el ambiente enriquecido se vuelven más importantes.

El juego es fundamental para la vida. Aprendemos jugando. Mientras juegan, los niños experimentan tomar decisiones, construir, planificar y desarrollar estrategias para pensar y colaborar con otros. Estas son destrezas fundamentales para la escuela, la formación humana, su estabilidad emocional y eventualmente el mundo del trabajo.


VI. Búsqueda de los sentidos en el patio: ¡Vemos, sentimos, olemos, probamos y oímos!

ALCANZA

  • Disfrutar de la lectura en voz alta.
  • Reconocer los sentidos a través de experiencias sensoriales.
  • Relacionar acciones con gestos y expresiones faciales.

Descripción de la actividad

  1. Invita al infante a disfrutar de un paseo por el patio. Escoge un área a la sombra de un árbol. Acomoda colchas y sábanas donde los más pequeños puedan estar seguros en el suelo y los que se desplacen puedan estar cómodos.
  2. En voz alta, realiza la lectura de un cuento que aluda a la naturaleza, con ilustraciones claras y definidas, con colores llamativos. El bebé puede relacionar lo que está leyendo con lo que está viendo. Por ello, la ilustración es de suma importancia porque contribuye y ayuda a la comprensión del texto.
  3. Háblale sobre la portada y describe lo que se observa en ella. Invítalo a ver, sentir y disfrutar el cuento.
  4. Comienza la lectura aludiendo al sentido de la vista. Señala sus ojos y nómbralos: ¿Dónde están tus ojos? ¡Estos son tus ojos! Levanten la vista al cielo, describan sus colores y cómo se aprecian las nubes.
  5. Invita al infante a descubrir el sentido del tacto. Toquen el suelo, la hierba; también pueden tocar las hojas de las plantas o del árbol: ¿Con qué podemos tocar las cosas? ¡Con las manos! ¡Levanta tus manitas! ¿Has notado que podemos sentir la brisa o el aire? Tomen un momento para sentirla. Dialoguen sobre cómo se siente: El aire que siento, ¿es frío o caliente?
  6. Continúa con el sentido del olfato. Aprovecha las flores o las hojas que tomaron para descubrir su olor. Nombra aquello que se pueda oler: el perfume de mamá o papá, la fragancia de abuelo o abuela, la comida, la naturaleza… Muéstrale el gesto o expresión facial para la acción de oler.
  7. Continúa la lectura. Refiéranse al sentido del gusto: ¡Jum!… Me parece que podemos tomar agua. ¿Quieres tomar tu agua? Podemos probar el agua. Muéstrale el gesto para la acción de beber.
    • Aprovecha y continúa dialogando: ¡También podemos merendar! Muéstrale el gesto de la acción: comer.
    • Describe mientras conversas con el infante: Probamos el agua con la lengua. ¿Dónde está tu lengua? Imiten los gestos y movimientos con la lengua (arriba, abajo, al lado, en forma circular).
  8. Finalmente, resalta el sentido de la audición. Podemos escuchar los sonidos en el cielo. Invita al infante a escuchar el canto de las aves. Repitan el sonido que puedan escuchar. Imiten los sonidos y nombren lo que ven a su alrededor con palabras. Muéstrale el gesto de la acción: ver.

¡Disfrutemos y agradezcamos el poder ver, sentir, oler, probar y oír!

Niña lleva rastrillo en el patio

Cuando provees actividades relacionadas a los sentidos, fortaleces la comunicación en muchas áreas de su cerebro, lo que a su vez pone en marcha la construcción del aprendizaje. Conociendo que el cerebro crea una explosión de conexiones con estas actividades exponemos a la niñez a experiencias muy significativas.

Identificar espacios que desarrollen los sentidos en la niñez temprana fomenta la libertad y seguridad de desarrollar lenguaje sin mayor esfuerzo. El infante muestra gran curiosidad por descubrir el mundo y explorar a través de los sentidos. Provee espacios para que los sentidos despunten a través de actividades sensoriales de manera segura.


 VII. ¿Cómo se siente el bebé?

ALCANZA

  • Exponer al bebé a la lectura compartida.
  • Identificar las emociones.
  • Dramatizar las emociones a través de expresiones o gestos faciales.

Descripción de la actividad

Un espacio amoroso y seguro motiva al niño a aprender, jugar y explorar. Hablar y jugar con él cuando se alimenta, viste, cambia el pañal y durante otras rutinas diarias ayudará a lograr que se sienta seguro y desarrolle confianza. Ser parte del crecimiento y desarrollo del infante nos promete percibir cambios en su comportamiento; esto, a su vez, permite conocer sus emociones a través de sus expresiones faciales y lenguaje corporal.

  1. Ayudemos al infante a jugar con los gestos de la cara para descubrir los procesos de comunicación y llevar un mensaje a través de las expresiones faciales. Comunicarnos es un proceso evolutivo, y manifestar las emociones a través de expresiones o gestos faciales responde a mejorar la comunicación. Juguemos a: ¿Cómo se siente el bebé?
  2. Identifica y comparte un cuento que aluda a las emociones. Escoge un área donde puedan estar relajados. Se recomienda la lectura de un cuento que contenga diversidad de emociones. El infante podrá relacionar lo que leen con lo que ve. Las ilustraciones ayudarán en la comprensión del texto, por cuanto podemos relacionar las emociones con las expresiones y gestos faciales. Ten lista una caja con marionetas de papel que representen todas las emociones provistas en el cuento. Esa será tu caja de emociones.
  3. Inicia la lectura y haz un alto cada vez que se presente una emoción. Toma ese momento para dramatizar la emoción a través de expresiones faciales o gestos.
  4. Toma una emoción sorpresa de la caja de emociones. Jueguen a dramatizar las caras de las emociones y a producir los sonidos que refleja la emoción. Utiliza ese momento para dialogar sobre lo que crees que el infante siente. Presta atención a su comportamiento, anticipa sus necesidades, responde de manera calmada y ayúdalo a expresar sus emociones.
    • Puedes tomar la marioneta y jugar a ¿Cómo se siente el bebé?: Estás sonriendo, ¿deseas hablar? ¿cantar? ¿jugar? Toma ese tiempo para descifrar lo que disfruta hacer el infante contigo.
    • También, puedes tomar una marioneta de la caja de emociones y jugar a ser su voz: ¡Ay, mira! Esta marioneta está triste. Déjame ver qué puedo hacer para hacerla sentir mejor. Juega a hacerle cosquillitas. Realiza el gesto y expresión facial de tristeza, y cuando hayas logrado cambiar el diálogo, cambia tu expresión a felicidad. Así, continúa mostrando las distintas emociones, y pídele al infante que imite, junto a ti, la emoción presentada.
  5. Dialoga sobre las emociones, da ejemplos sobre cada una de ellas y cómo podemos expresarlas. Sé consistente en prestar atención al comportamiento del bebé. Recuerda que aprender a leer las emociones del infante te ayudará a ti y a él a responder mejor.

¡Escucha, observa, recibe y valida las emociones!

Acompañar las emociones, más allá de enseñarlas, hará que el infante haga conexiones neuronales que guardará cómo se atendió determinada emoción (Jones et al., 2015). Es importante validar y acompañar las emociones de nuestros infantes. Estaremos ayudando a desarrollar a un futuro adulto consciente de su salud emocional.

Identificar las emociones es un acto de reconocimiento. Aceptarlas y trabajar con ellas es un acto de valentía. Demos espacios donde se puedan expresar las emociones y nos sintamos seguros y saludables al comprenderlas.


VIII. El viento que me hace cosquillitas

ALCANZA

  • Reconocer la sensación del viento al sentirlo en su cuerpo.
  • Interactuar con la persona que le invita a jugar.

Descripción de la actividad

  1. Identifica diferentes momentos del día para observar el exterior junto a tu infante. Puede ser desde una ventana, balcón, patio o caminando por áreas cercanas al hogar.
  2. Toma la mano del infante y sopla sobre ella utilizando un objeto liviano, como un abanico de mano o un pedazo de cartón que tengas disponible, mientras comentas: El viento se siente así en tu mano. Puedes abanicar sobre su cabeza o su cara diciendo: El viento se siente así en tu carita.
  3. Conversa con el infante sobre:• Cómo se siente el viento en su cara y su cuerpo.
    • Dependiendo del área donde estén, puedes conversar si el viento se siente caliente, fresco, frío.
    • Dependiendo del lugar y la hora del día, conversa sobre la fuerza del viento: si se siente fuerte, suave.
    • Señala y comenta sobre qué cosas mueve el viento desde donde están observando. Por ejemplo: cómo mueve las hojas en los árboles y las plantas pequeñas, las hojas que caen al suelo, la ropa que se coloca afuera a secar.
  4. En el interior del hogar, invita al infante a jugar: El viento que me hace cosquillitas. Abanica suavemente sobre la mano del infante y pregúntale: ¿Sentiste el viento en tu mano? Sopla suavemente en otras partes de su cuerpo mientras las nombras: orejas, espalda, pies, sobre su barriga, destacando que es un viento suave. Papá, mamá o encargado: puedes jugar haciendo sonido de trompetillas sobre la barriga del infante identificando que ese es un viento fuerte, pero que hace cosquillitas.
  5. Recuerda que, si hay niños más grandes en el hogar, puedes invitarlos a dialogar para conocer sobre el viento en familia.
    • ¿De dónde viene el viento?
    • ¿Del norte, del sur, del este, del oeste?
    • ¿Qué nos avisa el viento?
    • ¿Qué mensaje trae el viento? ¿Lluvia? ¿Calor?
    • Investiguen sobre el viento.

Niño jugando al médico con un muñeco

Tener experiencias positivas a temprana edad fortalece la comunicación de las neuronas
en el cerebro. Las experiencias positivas forman una red de conocimiento y estrategias
que pueden ser utilizadas en situaciones futuras, convirtiéndose en alternativas, aportando
así a una mejor adaptación a su entorno (Center on the Developing Child, 2009).

Establecer relaciones de cariño a través de la comunicación, el tacto y la mirada aporta a
fortalecer el sentido de seguridad y aceptación. Estas son experiencias que se “guardan”
en la memoria y ayudan a los niños a confiar en ellos mismos y a establecer relaciones
positivas con otros.

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